El Perfil del Joven Cristiano: Ejemplo en Palabra

El Perfil del Joven Cristiano
Construyendo con bases y raíces firmes sustentado en principios bíblicos.

1ª. Timoteo 4:11-16.
 
por Armando Araujo


Debe ser un ejemplo en: PALABRA.
Veraz, autentico, sincero, que no haya contaminación en las palabras.

Frecuentemente nos encontramos con personas que nos sorprenden con su hablar, por lo que dicen y como lo expresan. Se comprometen en hacer algo y no lo hacen, lo que dicen no lo cumplen. Otras en cambio en su forma de expresarse, referirse sobre algo o alguien lo hacen con palabras obscenas como si las personas a quienes se refieran no son dignos de respeto y de honor, entrando en el juego de las nuevas tendencias juveniles, donde lo malo es bueno y lo bueno es malo. En fin a estas personas se les coloca en tela de duda, por lo que expresan, por lo que dicen y como lo dicen o se refieran a terceros, esto es una demostración de que no hay nada de sinceridad y honestidad. Cuando prometen algo o dicen “cuenta conmigo” nunca se les ve, su palabra no es fiel.

Pablo continúa aconsejando a Timoteo y le recuerda que tiene que ser ejemplo a los creyentes en palabra. El joven debe ser cuidadoso en las palabras que expresa, ya que siente el impulso desmedido de opinar, criticar, protestar, murmurar, calumniar y lo que exprese puede alagar como ofender, alegrar como entristecer, exaltar como humillar, y si sus palabras no son firmes, honestas y sinceras, deja de ser una persona a quien se le pueda creer. “Vuestro hablar sea si, si, no, no” Mateo 5:37, Santiago 5:12. Sencillamente quiere decir que sea sincero que no venga con rodeos y excusa. Los jóvenes cuando se expresan deben tener un vocabulario exquisito, que de su boca salgan palabras agradables, que no se escuchen expresiones que ofendan y malogren la vida de otros, que su hablar sean palabras llenas de dulzura para que expresen testimonio puro hacia otros que no conocen al Señor Jesucristo. La Biblia dice también que daremos cuenta a Dios de toda palabra que se diga: “De toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” Mateo 12:36. “Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. 1ª Corintios 15:33
“De la abundancia del corazón habla la boca”. Marcos 7:1-23. “Lo que sale de la boca es lo que contamina y contagia”. 1ª Pedro 3:10-12.

En resumen toda palabra que salga de nuestra boca sea para bendecir y no para maldecir. El ejemplo que podamos dar a través de lo que digamos, sea el reflejo de Jesucristo en nuestra vida.



“Joven, no hay propósitos en la vida fuera de Cristo Jesús”


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